Mundial Sudáfrica 2010: Las dos Coreas

A Corea del Norte le servían los tres resultados frente a Arabia, pero había otro partido que influía en la posible clasificación: si Irán no vencía a Corea del Sur, en Seúl, los comunistas tenían casi asegurada la segunda plaza del grupo B de las Eliminatorias asiáticas; atrás de los capitalistas sureños.
Por cuestiones de husos horarios, los partidos se jugaron a "la misma hora", pero en diferentes momentos: primero se cruzaron los del Sur con Irán y luego, en Riad, Arabia Saudí recibió a los del Norte. Los iraníes se pusieron en ventaja, gracias a Masoud Shojaei, pero Park Ji Sung, el mismo que dejó en el banco a Carlos Tévez en el Manchester United, igualó el asunto a falta de nueve minutos. La pared con Kim Jung-Woo y el posterior tanto hicieron posible que "los buenos de abajo" ayuden a "los malos de arriba". Un rato después, en un claro homenaje al catenaccio europeo, "Corea del Norte aguantó con un 6-4-0, mientras a los árabes no se les caía una idea", según cuenta el periodista Eduardo Cantaro, uno de los pocos argentinos que, web mediante, vibraron con el 0 a 0. De contragolpe, y con un hombre menos (por la expulsión de Kim Yong Jun), Kim Kum Il desperdició la oportunidad de hacerse con el triunfo, pero ya poco importaba y el empate era más que valioso. La clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010, tras el pitazo final, estaba decretada.
La historia las encontrará unidas o dominadas, diría el General. A principios del siglo pasado, Japón absorvió el viejo reino de Corea. Estados Unidos intervino y aceptó el ingreso del el naciente imperio japonés al selecto grupo de potencias de la época. Cuarenta años después, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses, que se habían enfrentado a Japón en el Pacífico, desembarcaron en el sur de Corea e iniciaron la toma militar de la península. Mientras, la URSS desembarcó por el norte. Finalmente, los dos ejércitos se encontraron en una línea imaginaria, desde entonces conocida como "Paralelo 38", equidistante entre el río Yalu y el sur de la península. Al norte se crearía un estado comunista tutelado por Moscú y abajo, una república capitalista con el apoyo de Washington.
En 1950, poco después de la victoria de los comunistas en China, Moscú ordenó la invasión del sur. Así comenzó la Guerra de Corea. Tres años después, con cientos de miles de muertos y con el país destruído, los comunistas ―incluidos más de un millón de soldados chinos―, fueron derrotados, aceptaron su fracaso y se retiraron al norte del "38". Desde entonces no existe un tratado de paz, sino una tregua. Motivo suficiente para que Pyongyang considere roto el armisticio con Seúl y amenace con probar misiles de corto alcance, como sucedió a fines del mes pasado.

Corea del Norte vuelve a un Mundial tras 44 años. Su última participación fue en Inglaterra 1966 y compartió el grupo D junto a la Unión Soviética (vaya casualidad), Italia y Chile. Perdió frente a los rusos, empató con Chile y fue noticia porque el 19 de julio, en Middlesbrough, venció 1-0 a Italia con gol de Pak Doo Ik. Cuatro días más tarde, le empezó ganando 3-0 a Portugal, pero un tal Eusebio colaboró con cuatro tantos y Augusto redondeó el 5-3 final, que significó la eliminación de los norcoreanos. Del otro lado, están más acostumbrados. Corea del Sur jugará por séptima vez consecutiva y la agencia de noticias surcoreana Newsis calificó la gesta a la altura de países como "Argentina, Brasil, Alemania, Italia y España".
Tanto se habló de fútbol de izquierda y de derecha, que acá podría estar la cruda realidad. La Corea comunista y dictatorial estará en el Mundial, al igual que la Corea de libre mercado y amiga de Occidente. No marcharán juntas, como sí lo hicieron en algunas citas olímpicas cuando desfilaron con una única bandera con la silueta de la península en azul sobre un fondo blanco, pero tendrán el privilegio de ser parte.
Corea del Sur irá con Park Ji Sung, que vive como un rey en Manchester. Mientras que los del norte seguramente tendrán en sus filas a Jong Tae Se, un norcoreano nacido en Japón, que no puede optar por la nacionalidad nipona, que es considerado un ciudadano de segunda por sus raíces y que juega en Kawasaki de la J-League, aunque debe esforzarse el doble "porque mis goles no los pasan por televisión", según contó en marzo de este año.
Pesea a las diferencias políticas, el empate del sur, colaboró para que el norte logre el ansiado punto y desate la posterior alegría. De un lado estarán los dólares y del otro un grupo de jugadores que se encargan de lavar sus propias camisetas. Las dos realidades estarán en Sudáfrica. Ya lo decía Dante Panzeri, con aquello de que "el fútbol es la dinámica de lo impensado".
Este mundial va estar muy interesante

Hola que tal mi nombres es Steffy, y veo que su blog
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Un fuerte abrazo. Saludos
Atte: Steffy
le voy a Norcorea a muerte en el mundial. Sobre todo porque la mayoría de los jugadores se llaman parecido al ministro de defensa (!)
Corea del Norte: un equipo que promete fútbol ofensivo, goles y armas nucleares.
Según el técnico del equipo, Kim Jong-Hun, el éxito de Corea del Norte se basa en que da una respuesta "multiplicada por mil cada vez que es provocada".
Asimismo afirmó que sería "un verdadero grupo de la muerte" si en el mundial les toca jugar contra EE.UU., Israel y Corea del Sur...
http://tinyurl.com/mmvtmc
Hay un documental muy bueno de la BCC que se llama The game of their lives que habla sobre la selección del Corea del Norte del 66. Esta subido en Youtube en 8 capítulos y es muy interesante.