Dos apuestas arriesgadas con Torres como eje

 

Después de una decepcionante primera mitad de temporada Chelsea y Liverpool fueron los grandes protagonistas del agitado último día del mercado de pases del Viejo Continente. Los Reds, durante los 192 días de Roy Hodgson como técnico, coquetearon con los puestos de descenso. Los Blues fueron de mayor a menor en la Premier League: comenzaron arrasando y goleando en las primeras fechas pero sufrieron una debacle pronunciada a fines de 2010, dejando la punta del campeonato e incluso poniendo en riesgo su clasificación a la próxima Champions League. Ambos equipos apostaron a solucionar todos sus inconvenientes en las últimas 24 horas del mercado invernal con una serie de fichajes arriesgados.

 

El Chelsea invirtió 58 millones de euros para hacerse con los servicios de Fernando Torres, la piedra angular del nuevo proyecto basado en la abultada billetera de Roman Abramovich. La llegada del Niño a Stamford Bridge supone un importante envión anímico a un equipo que se lo notó falto de confianza sobre el final de la temporada (además de un pobre nivel futbolístico) y que tuvo a su entrenador, el italiano Carlo Ancelotti, al borde del precipicio. La idea del magnate ruso es rejuvenecer una plantilla entrada en edad y Torres, de 26 años, es el primer gran fichaje. Sobre el cierre del periodo de fichajes el conjunto Blue también sumó a sus filas al central brasilero David Luiz (23 años) por 25 millones de euros.

En Anfield Road decidieron aceptar la millonaria oferta del Chelsea por Torres, desprendiéndose así de uno de los íconos del conjunto de Mers en el último lustro. Convirtió 81 goles en los 142 partidos que disputó durante las tres temporadas y media que vistió la mítica camiseta de los Reds. Durante su último año en Merseyside las lesiones lo persiguieron y le impidieron desplegar todo su nivel. Nunca volvió a ser el mismo y desde hace rato que daba la sensación de que el ciclo del Niño como goleador del Liverpool estaba terminado. Torres presionó y los millones de Abramovich convencieron a la dirigencia de dejarlo ir. "Liverpool's number nine" era el tema con el que The Kop, la hinchada Red, lo recibía cada vez que entraba a la cancha hasta hace muy poco tiempo. Hoy todo es diferente y los fanáticos tomaron el traspaso al club de Londres como una traición.

La venta de Torres también es una apuesta para cambiar de aires en Anfield Road. Los millones que entraron por el delantero español fueron rápidamente reinvertidos en Andy Carroll, quien fue adquirido por 40 millones de euros. El ex Newcastle, que heredó la nueve que dejó vacante el ex Atlético Madrid, es un clásico nueve, que sabe jugar de espaldas y por su altura tiene un gran juego aéreo. Además es un goleador nato, siempre bien ubicado. Fue uno de los grandes artífices del regreso de las Urracas a la Premier League. Tiene tan solo 22 años y es el futuro delantero de la Selección Inglesa por la próxima década. El uruguayo Luis Suárez intentará ser el acompañante perfecto de Carroll. El delantero charrúa, una de las figuras de la Celeste en Sudáfrica 2010, abandonó el Ajax por 26,5 millones de euros. A pesar del resentimiento y la angustia que la salida de uno de sus íconos despertó en los hinchas del Liverpool es una inteligente decisión, porque se vendió a un jugador que no venía rindiendo y se renovó una delantera que ahora cuenta con dos jugadores jovenes con un gran presente y un promisorio futuro. En Chelsea deberán intentar integrar al Niño Torres a su esquema habitual, que ya cuenta con un nueve de calidad como lo es Didier Drogba.