Cesc Fábregas al Barcelona


Anualmente cientos de pequeños son probados y capturados por los grandes clubes para integrar sus inferiores. Con la ilusión de imitar a sus ídolos que observan con admiración por televisión, comienzan a alimentar su ilusión de convertirse en futbolistas dando sus primeros pasos en el fútbol infantil. Tan largo es el proceso de formación que los jóvenes jugadores logran una identificación absoluta con su club. Después de varios años, cientos de partidos y miles de horas entrenando, generalmente la frustración esfuma sus sueños. El técnico de turno decide no tenerlos en cuenta por la abundancia que existe en su puesto, por los fichajes realizados o simplemente porque su política no incluye a los proyectos de inferiores. Sin lugar en el equipo en el que se forjaron como futbolistas, se despiden por la puerta de atrás en busca de continuidad con la camiseta de otro club. 

Cesc Fábregas es uno de los símbolos de una moda que se convirtió en costumbre. Arribó a la exitosa Masía con tan solo diez años. Cinco más tarde abandonó las filas del Barcelona y partió rumbó a Londres para completar su formación en las filas del Arsenal inglés. Arsené Wenger, excelso entrenador siempre a la pesca de los jóvenes talentos, confió en él y lo convirtió en el máximo símbolo Gunner. Ocupó el lugar de Patrick Veira tras su partida a la Juventus y se transformó en el líder anímico y futbolístico del equipo. El técnico francés le entregó la capitanía tras la salida de William Gallas. Disputó 303 partidos, marcó 57 goles y repartió 100 asistencias antes de partir nuevamente rumbo a Cataluña. "No es fácil volver a confiar en alguien que se marcha de las categorías inferiores del Club" adviritó en su presentación oficial.

Desgastado por ser siempre el referente de un proyecto eternamente explosivo a futuro sin resultados en el presente (conquistó solo dos títulos -FA Cup 2004/05 y Community Shield 2004- en sus ocho años en el club), decidió regresar a su tierra natal para cumplir su sueño, aquel que se había frustrado cuando con quince años decidió no esperar más. "El Barça ha hecho posible mi sueño y espero que nadie se arrepienta"

29 millones de euros fijos (más 5 variables por objetivos) desembolsó el conjunto de Pep Guardiola para repatriar a su talentoso hijo pródigo. Una cifra irrisoria si se compara con las cifras que se manejan en la actualidad. Después de cientos de idas y vueltas, de interminables tires y aflojes entre ambos clubes, el Barcelona sumó a la gema que le faltaba a su plantel. Cesc resignó un millón de euros de su contrato para materializar su sueño. En la previa de su presentación ante 30.000 aficionados que se hicieron presentes en el Camp Nou para ver a su nuevo ídolo, el español firmó un contrato por cinco años. 200 millones de euros será la cláusula que cualquier equipo del Mundo tendrá que abonar si quiere contratar, sin oposición alguna, al habilidoso mediocampista catalán.

Escrito por Matías Baldo en lunes, agosto 15, 2011. Etiquetas , . Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada mediante el RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta o trackback a esta entrada

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